El sector de la edificación y la construcción se ha visto obligado a dar un giro de 180º en sus métodos de trabajo y aplicar también la innovación en sus procesos. Así aparece el estándar Passivhaus, el modelo de eficiencia energética más exigente a nivel mundial: gracias al mismo se llegan a lograr ahorros energéticos de hasta un 90% con respecto a otras construcciones convencionales existentes y de hasta un 75% frente a edificios de obra nueva, además de múltiples ventajas en salud, confort y calidad de vida para sus habitantes.
Con origen en Alemania en los años 90, se basa en la aplicación de cinco principios:
- Excelente aislamiento térmico
- Carpintería (ventanas y puertas) de altas prestaciones
- Estanqueidad para evitar filtraciones al aire
- Ausencia de puentes térmicos
- Ventilación mecánica con recuperador de calor
Esta innovación hace que los hogares tengan un consumo energético casi nulo (o nearly zero energy building -nZEB-) y además logra que el usuario viva lo más confortablemente posible consumiendo la mínima energía. Las viviendas pueden llegar a autoabastecerse alcanzando un confort térmico de entre 20 y 25º durante todo el año sin aporte de energía.
El estándar Passivhaus permite dar respuesta a las exigencias relativas a la eficiencia energética en edificios que Europa pretende imponer a sus países miembros a partir del 31 de diciembre de 2020. La fecha se adelanta al 31 de diciembre de 2018 para los casos de los edificios públicos.
Con este modelo se aspira conseguir un 20% de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, un 20% de reducción del consumo de energía y un 20% de incremento en energía procedente de fuentes renovables.